Se trata de una piedra altamente mística y protectora, portadora de luz. Eleva la consciencia y conecta con las energías universales. La labradorita alinea los cuerpos físico y etérico, y permite acceder al propósito espiritual. La labradorita estimula la intuición y los dones psíquicos, incluyendo el arte de saber elegir el momento justo, trayendo mensajes de la mente inconsciente a la superficie para facilitar su comprensión. Psicológicamente disipa los miedos y las inseguridades. Calma la mente hiperactiva Y energetiza la imaginación, haciendo que surjan nuevas ideas.
Es una gran piedra para atravesar los cambios que imparten fuerza y perseverancia. Una piedra de transformación, prepara el cuerpo y el alma para el proceso de ascensión.